Corren al viento
del frío otoño
hojas pintadas
de suave luz.
Se arremolinan
por los resquicios
y las paredes
de mi razón.
… y en la chispa
de tu mirada
prendo la llama
y el fuego arde
en mi corazón.
Corren al viento
del frío otoño
hojas pintadas
de suave luz.
Se arremolinan
por los resquicios
y las paredes
de mi razón.
… y en la chispa
de tu mirada
prendo la llama
y el fuego arde
en mi corazón.
Mirada que quema,
que es fuego
y esencia.
Mirada que arde,
que enciende,
y besa.
Mirada que prende,
que pinta caricias,
y es llama.
Un beso.
🙂
Un beso
Me gustaría comentarte, como hace María, con un verso, por ejemplo. Pero no soy de rima fácil, ni mucho menos de rima de ningún tipo ni tiempo, creo. Pero sí tengo las palabras necesarias para darte las gracias por permitir que encuentre aquí, entre tus intenciones literarias, mi otoño perfecto…
Un abrazo
Mario