Si ladrón me habéis de llamar,
por yo robar esos besos,
porque mis ojos han hecho
lo que mis labios jamás.
Si de pasión encendido,
cual corsario y bucanero
ando buscando remedo
a negro bajel asido.
No me hayáis de castigar,
que no andaré yo compungido
ni mi mal podrá sanar.
Preguntadme cómo ha sido;
cómo he podido aspirar
a robar lo no pedido.
Dulce recuerdo de un tiempo intenso, de licor macerado en estómagos de mariposas, de sonrisas envueltas con lazos de ilusión.
Dulces son los besos que los labios jamás dieran.
Pero UnAngel, qué sorpresa me acabas de dar, sino sabía que habías vuelto a publicar, yo creo que se actualizan tus entradas, porque no me enteré de ellas, y vine aquí a saludarte sin saber que habías vuelto a publicar.
Me alegra volver a leerte, amigo, no dejes nunca de escribir.
Un beso.
Perdón, me comí la palabra «no» quise decir que no se me han actualizado tus entradas.
Otro beso.
Me encanta que vengas por aquí a comerte las palabras 😀
Un beso
Y a mí me encanta venir a saborear tus letras.
Un beso.